Rufino Tamayo was born in Oaxaca, Mexico, in 1899 to parents Manuel Arellanes and Florentina Tamayo. His mother was a seamstress and his father was a shoemaker. His mother died of tuberculosis when he was 12. Tamayo’s Zapotec heritage is often cited as an early influence.
After his parents’ death, Tamayo moved to Mexico City to live with his aunt, where he spent time working alongside her in the city’s fruit markets. While there, he devoted himself to helping his family with their small business. However, after a while, Tamayo’s aunt enrolled him to study art at Escuela Nacional de Artes Plasticas at San Carlos in 1917. As a student, he experimented with and was influenced by Cubism, Impressionism and other popular art movements of the time, but with a distinctly Mexican feel. Although Tamayo studied drawing at the Academy of Art at San Carlos as a young adult, he became dissatisfied and eventually decided to study on his own. That was when he began working for José Vasconcelos at the Department of Ethnographic Drawings (1921); he was later appointed head of the department by Vasconcelos.
Rufino Tamayo, along with other muralists such as Rivera, Orozco, and Siqueiros, represented the twentieth century in their native country of Mexico. After the Mexican Revolution, Tamayo devoted himself to creating a distinct identity in his work. He expressed what he envisioned as the traditional Mexico and eschewed the overt political art of such contemporaries as Jose Clemente Orozco, Diego Rivera, and David Alfaro Siqueiros. He disagreed with these muralists in their belief that the revolution was necessary for the future of Mexico but considered, instead, that the revolution would harm Mexico.
Rufino Tamayo’s legacy in the history of art lies in his original graphic prints in which he cultivated every technique. Tamayo’s graphic work, produced between 1925 and 1991, includes woodcuts, lithographs, etchings and “Mixografia” prints. With the help of Mexican printer and engineer Luis Remba, Tamayo expanded the technical and aesthetic possibilities of the graphic arts by developing a new medium which they named Mixografia. This technique is a unique fine art printing process that allows for the production of prints with three-dimensional texture. It not only registered the texture and volume of Rufino Tamayo’s design but also granted the artist freedom to use any combination of solid materials in its creation. Rufino Tamayo was delighted with the Mixografia process and created some 80 original Mixographs.

Rufino Tamayo – El Niño Mixografia / gráficos mixtos

Rufino Tamayo nació en Oaxaca, México en 1899 y sus padres fueron Manuel Arellanes y Florentina Tamayo. Su madre era costurera y su padre era zapatero. Su madre murió de tuberculosis cuando él tuvo 12 años. Su herencia zapoteca es a menudo citado como una influencia temprana.
Después de la muerte de sus padres, Tamayo se trasladó a la Ciudad de México para vivir con su tía, donde pasó un tiempo trabajando junto a ella en mercados de frutas de la ciudad. Una vez allí, se dedicó a ayudar a su familia con su pequeña empresa. Sin embargo, después de un tiempo, la tía de Tamayo lo inscribió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de San Carlos en 1917 para estudiar arte. Como estudiante, experimentó con y fue influenciado por el cubismo, el impresionismo y arte de otros movimientos populares de la época, pero con una sensación claramente mexicana. Aunque Tamayo estudió dibujo en la Academia de Arte de San Carlos como un adulto joven, no estuvo satisfecho y, finalmente decidió estudiar por su propia cuenta. Fue entonces cuando comenzó a trabajar para José Vasconcelos en el Departamento de Dibujos etnográficos (1921); Más tarde fue nombrado jefe del departamento de Vasconcelos.
Rufino Tamayo, junto con otros muralistas como Rivera, Orozco y Siqueiros, representó el siglo XX en su país de origen, México. [8] Después de la Revolución Mexicana, Tamayo se dedicó a la creación de una identidad única en su trabajo. Expresó su visión del México tradicional y se apartó del arte abiertamente político de sus contemporáneos como José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. No estaba de acuerdo con estos muralistas en su creencia de que la revolución era necesaria para el futuro de México, pero pensaba que la revolución perjudicaría a México.
El legado de Rufino Tamayo en la historia del arte reside en sus impresiones gráficas originales en los que cultiva varias técnicas. Obra gráfica de Tamayo, producido entre 1925 y 1991, incluye xilografías, litografías, grabados y estampados “Mixografia”. Con la ayuda de la impresor e ingeniero mexicano Luis Remba, Tamayo amplió las posibilidades técnicas y estéticas de las artes gráficas mediante el desarrollo de un nuevo medio al que llamaron Mixografia. Esta técnica es un proceso de impresión artística única que permite la producción de impresiones con textura tridimensional. No sólo se registró la textura y el volumen de diseño de Rufino Tamayo, sino también concedió la libertad artística para utilizar cualquier combinación de materiales sólidos en su creación. Rufino Tamayo estaba encantado con el proceso de Mixografia y creó unos 80 originales usando esta técnica.